Ernestina Godoy ya es oficialmente la fiscal general de la República. Y mientras el gobierno celebra su llegada, dos investigaciones recientes vuelven a colocar sobre la mesa algo que no se puede ignorar: la nueva fiscal carga con un historial de decisiones opacas, contrataciones ilegales y un evidente patrón de nepotismo.
No son temas menores. Son señales de cómo ha operado y de lo que podría repetirse ahora desde el máximo órgano de procuración de justicia del país.
Cuando fue fiscal de CDMX, colocó a Ministerios Públicos sin estudios, sin experiencia y sin cumplir requisitos mínimos
Documentos internos y denuncias formales muestran que Godoy autorizó la entrada de al menos 11 personas como Ministerios Públicos mediante “dispensas”. Es decir, las colocó aunque:
- No tenían título profesional,
- No contaban con licencia,
- No tenían experiencia,
- Y en algunos casos ni siquiera cumplían la edad mínima para ocupar el cargo.
El caso más conocido es el de Francisco Eduardo Salinas, quien actuó como MP durante meses sin serlo. Tomó decisiones en carpetas, interrogó a menores, firmó resoluciones legales… todo sin cumplir un solo requisito.
¿Por qué entró?
Porque Godoy lo avaló por dispensa, diciendo que tenía “experiencia profesional”. En realidad solo había trabajado tres meses en un tribunal familiar. Incluso una diputada de Morena intervino para “apoyarlo”.
Cuando la irregularidad salió a la luz, ¿qué hizo la Fiscalía?
Cerró la investigación por “prescripción”.
Y rechazó profundizar en las demás denuncias argumentando que el denunciante “no era víctima directa”.
Todo quedó en nada.
Mientras tanto, su familia acumulaba sueldos públicos por más de 5.7 millones al año
Otro tema que ya la acompaña a la FGR: el evidente nepotismo.
Una investigación reveló que varios familiares directos de Godoy ocupan cargos bien pagados en distintas dependencias del gobierno federal:
- Su hermana: 162 mil mensuales en CONAFOR.
- Su hermano: 73 mil mensuales en el INPI.
- Una hija: 82 mil mensuales en Cultura CDMX.
- Otra hija: 156 mil mensuales en CONAGUA, pese a no tener experiencia técnica en recursos hídricos.
En total, 5.7 millones de pesos anuales provenientes del presupuesto público.
Todo esto en un gobierno que presume combatir el nepotismo.
El problema no es el pasado. El problema es que ese pasado ahora dirige la FGR
Godoy llega a la Fiscalía General con un historial que muestra un modo muy claro de operar:
- Contratar personas sin preparación por “dispensa”.
- Proteger a quienes violan la ley.
- Cerrar casos incómodos.
- Colocar a familiares en dependencias públicas.
- Confundir poder político con procuración de justicia.
Y ahora, ese estilo queda instalado en la institución que debería ser la más autónoma del país.
La pregunta es inevitable:
Si así fue en la CDMX, ¿qué se puede esperar ahora desde la FGR?
La figura de la “fiscala carnala” ya está en el cargo.
Y su historial no deja espacio para el optimismo.













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